Sin respirar,
te vuelves
a todos lados,
mirando sin ver.
Sin respirar,
te mueves
buscando
a lo que agarrarte.
Sin respirar,
quieres gritar,
tener palabras
para no huir.
Sin respirar,
necesitas acostarte
pero también
no parar.
Sin respirar,
quieres que acabe.
Sin respirar,
ya te da igual.
Sin respirar,
olvidas.
Sin respirar,
te caes.
Sin respirar,
no ves.
Te pierdes,
sin respirar.
Sin respirar,
no puedes.
Sin respirar,
no queda nada.
Sin respirar,
no lo sientes.
Sin respirar.
Pero tienes que hacerlo.
Y duele.
Y aún sin respirar,
lo haces.
Sin respirar,
lo consigues.
Puedes. Y respiras.