Y nos encontramos,
con un mismo propósito.
En una cama que estuvo vacía
por demasiado tiempo,
olvidados ya esos cuerpos de más.
Somos dos en busca del mismo destino.
Esta noche nuestras visiones se acercan,
para confundirse en la penumbra
y enturbiar la luz del mañana.
Sujetos entre sábanas, andamos un tramo.
Tal vez en direcciones distintas,
llegamos a nuestra particular parada,
y comprendemos, sin saberlo,
que pudimos vernos mejor,
el sol nos alegró la vista un momento.
Pero no olvidemos a lo que vinimos.
A atravesar un puente – el cuerpo del otro.
Nos cruzamos para sentirnos
vivir. Mi Vida. Tu Vida.
Si no somos egoístas,
si dudamos de cada cuál,
nos despeñaremos.
Sabemos que nos encontramos
para encontrarnos.
Porque hacía falta tu cuerpo
para sentir
el calor de existir.